En una casa abandonada

Amanda estaba caminando en el bosque cuando en medio de él, encuentra una casa abandonada enorme, como si aquello hubiese sido un palacio. Empezó a llover y la niña no tuvo más remedio que entrar en aquella enorme casa. Una vez dentro, observó que desde allí aquel palacio deshabitado parecía aún más escalofriante. Dentro de aquella mansión se empezaron a oir truenos y el sonido de las ventanas abriéndose y cerrándose por el enorme viento que hacía. Amanda empezó a andar, recorrió toda la casa y todo parecía normal, pero cuando entró en la última habitación que le quedaba por ver, observó que  había unos papeles amontonados. Y se paró a leer:

" Mi primera semana, sigue lloviendo sin parar. En esta mansión no hay cobertura"
" Mi quinta semana, nada nuevo. ¡Me estoy muriendo de hambre!"
" Mi novena semana, sigue lloviendo y he empezado a oir ruidos. He intentado marchar a pesar de las fuertes lluvias y de los truenos, pero es inútil, parece que alguien no me dejara pues la puerta está bloqueada."
" Mi décima semana, ¡me quiero ir de aquí! He empezado a ver sombras y por si fuera poco, la puerta sigue sin abrirse."



Ya no había nada más escrito, la niña paró de leer y ya un poco asustada, se dio cuenta de que a continuación de esa especie de diario había una firma: " Mickel Severo", distinguió Amanda.

La niña se paró a pensar, recordaba una leyenda que decía que un tal Mickel salió a buscar setas por este bosque pero que nunca más lo volvieron a ver, dicen que murió en la guerra.
La niña se asustó y bajó corriendo al piso de abajo, intento abrir la puerta, pero no era capaz, lo intentó de nuevo pero sin resultado. Amanda estaba hambrienta y muy asustada. Se tumbó en el suelo y empezó a llorar. Ahora queda saber, si consiguieron rescatarla o se quedó allí encerrada hasta el final de los siglos.

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